Tomy

No creo que me haya tenido que enfrentar, hasta la fecha, a algo tan sumamente doloroso.

Hoy se ha ido Tomy...

Y todo se ha vuelto negro.


(Busca a Bimba, chiquitín, y espérame por donde quiera que sea que vayamos)

El país del trébol

Esta tarde comienza el viaje.

Como siempre, de entrada no me apetece irme. Luego sé que lo paso muy bien. Me fascina conocer nuevos lugares, tomar parte en la forma diferente de vivir y hacer las cosas. Siempre me ha parecido tremendamente enriquecedor.

Sin embargo, esta ocasión es especialmente dura. No por el tiempo, ya que sólo serán dos semanas, si no porque mi perro está muy enfermo. No es justo, las mascotas no deberían pasar por esto.

Espero que el resto de maestros que van a realizar el curso sean majos y no perderme demasiado por las calles de Dublín (aunque soy especialista en no encontrarme).

Intentaré actualizar con alguna foto para dar envidia, de la mala, claro. :)

En busca del compañero perfecto

El domingo estaré volando a Dublín.

Voy a visitar un país nuevo. Sí, estoy increíblemente nervioso... siempre me pasa. Y aunque el avión me dé pánico tengo muchas ganas. Espero que este viaje sea el paréntesis que necesito para poder enfrentar el comienzo de año (los que trabajamos en colegios siempre contamos los nuevos años en septiembre y no en enero, es curioso).

Estoy deseando tomarme un Caramel Coffee Frapucino with cream on top en algún Starbucks. Sólo sentarme en una mesa con él y un buen libro. De ahí que esté buscando el compañero perfecto. Supongo que es lo que nos queda a los que viajamos solos. Y creo que lo he localizado:

(Sí, he descartado el de Why am I still single? porque, pese a que esté deseando leerlo, no creo que haya nada mejor repelente de hombres que un libro amarillo chillón en el que te intentas hacer una idea sobre por qué sigues soltero)

Espero darme cuenta de que "un nuevo comienzo es posible". Tengo puestas muchas esperanzas en este nuevo curso que va a comenzar.

Espero que todo salga bien :)

Si soy tan genial...

Creo que pueda ser por el calor... pero no hago otra cosa que pensar que no tengo novio.

Temo que mis neuronas se hayan visto alteradas y hayan mutado en "solte-neuronas". En cualquier caso es horrible y me hacen hacer cosas como:

a. Pensar, durante demasiados momentos del día (sí, alarmantemente triste), en cómo de diferente sería mi vida si tuviera novio.

b. Deprimirme más al ver que no lo tengo y que, jodidamente, no hay ni siquiera candidatos.

c. Comprar libros como este:

Afortundamente, y aunque ahora me da una pereza enorme, mis vacaciones furtivas comienzan en 6 días... Espero recargar pilas y dejar de ser esta versión de Dorian-nadie-me-quiere.

El "J" equivocado

Curiosamente muchos de los nombres de los chicos por los que me intereso empiezan por J. Digo "intereso" porque, desgraciadamente, el interés parece venir solamente por mi parte en casi todos los casos.

Sin embargo, al parecer, hay una excepción. 

Hay un "J" equivocado que se niega a rendirse. No es nada agobiante, es sólo que nunca termina de irse. Lo malo es que a mí este "J" no me atrae. Es más joven que yo (horror total y absoluto) y sus inquietudes distan mucho de las mías. Mas él sigue y cada cierto tiempo hace su aparición estelar y pregunta:

"¿Estás con alguien?"

Y bueno... Sí, he de admitir que muchas veces me dan ganas de mentirle y decir "sí, hace ya que me casé", pero no soy capaz. De modo que admito mi soltería, la acepto, la reconozco y la cuento.

Y es sorprendente, él parece ser la única persona en el mundo que lleva bien que yo sea un paria del amor porque tras mi "no, sigo yo solo" siempre viene una proposición sexual. No sé, tal vez a modo de "premio de consolación".

Algún día de estos prometo hacerle saber que es el "J" equivocado.

¿Nos faltan duelos?

Estoy atravesando una de las peores (por no concederle el privilegio de considerarla la peor) etapas de mi vida. Todo es muy raro. Y yo, yo vivo como en estado de shock.

Mi perro, que lleva con nosotros desde que tenía 28 días y de ésto hace ya casi 15 años, está muy enfermo. El principio de una horrible enfermedad. Pillada en el comienzo, pero en un lugar terrible. Es increíblemente doloroso.

Por otra parte, he decidido aislarme y apartarme de aquellos amigos que no me hacían sentir nada bien, por lo que, aún si cabe, me he quedado un poquito más solo.

Además, en dos semanas (creo, he perdido un poco la noción del tiempo) me voy a hacer un curso sobre metodología muy específica y novedosa de educación. "¿Para qué?" me pregunto muchas veces. Si luego o ni me contratan, o me contratan para todo menos para lo que estudié.

Y así estoy... parado. Petrificado ante cosas que no sé cómo encajar o cómo conseguir ponerlas en la mochila que todos llevamos a la espalda y que su peso no sea tan desmesurado que me impida continuar.

Le he estado dando vueltas y creo que nos faltan duelos. Nos falta conocer cómo lidió la gente con sus historias, con aquellas cosas inesperadas y, casi siempre devastadoras, a las que tuvieron que enfrentarse, luchar y seguir.

No me interesa el glamour, no me interesa lo maravillosa que fue la vida de la gente triunfadora, nada más lejos de la realidad. Lo que realmente importa es conocer cómo hizo para continuar a quien tiraron al suelo.